El Ficus de la parroquia de San Jacinto, Sevilla

Comunicado oficial A.E.A.: Junta Directiva de la Asociación Española de Arboricultura

En estos momentos en los que se ve con claridad que la presencia del árbol en la ciudad es fundamental para su habitabilidad, que la ciudadanía sea consciente de los beneficios que aportan, que los arquitectos reconocen el valor del árbol y están potenciando su conservación como elemento estructural dentro de la trama urbana, obligadamente todos debemos tratar de conservarlos mediante unos inventarios realistas y una gestión correcta, siempre con la sabia premisa de que no se puede conservar lo que se desconoce.

Nuestras ciudades están realizando catálogos de árboles singulares, monumentales y patrimoniales, y cae por su peso que deben tener prevista su gestión; sean privados o públicos ya que el beneficio que aportan es de todos. Esa gestión debe realizarse a través de los servicios técnicos municipales de parques y jardines que son los que mejor lo conocen y más experiencia acaparan.

Tanto los inventarios como la gestión de estos árboles deben ser realizados por arbolistas especializados y certificados, a ser posible, por la Asociación Española de Arboricultura (A.E.A.) , así como también los informes sobre su conservación, máxime si se trata de arbolado patrimonial. Estos informes deben ser tenidos en cuenta en consonancia con los realizados para otros Bienes de Interés Cultural.

Al considerar estos árboles como bienes patrimoniales, las Comisiones y los Departamentos de Conservación del Patrimonio han de contar con miembros especializados en arbolado que, en estas situaciones, como la del Ficus de la parroquia de San Jacinto, Sevilla puedan ofrecer luz sobre la conservación del patrimonio arbóreo en sí mismo y sobre las posibles afectaciones al patrimonio arquitectónico como es el caso.

La Asociación Española de Arboricultura (A.E.A.) como miembro del European Arboricultural Council (E.A.C.) y la International Society of Arboriculture (I.S.A.), lleva más de 25 años trabajando en la especialización de los trabajos en arboricultura, ofreciendo actualmente tres tipos de certificación, una de ellas, VETcert, sobre árboles veteranos.

Desde la Junta Directiva de la Asociación Española de Arboricultura (A.E.A.), en el caso especial del Ficus de la parroquia de San Jacinto, un ejemplar del que han caído varias ramas, generando lamentables daños personales, creemos que se debiera haber realizado un estudio en detalle del ejemplar y elaborado un plan de gestión del mismo.

Igualmente, antes de tomar una decisión que supone la pérdida irreversible de un árbol centenario, aún siendo un ejemplar privado, debiera haberse contemplado en paridad de rigor el estudio realizado sobre el árbol y el estudio arquitectónico para, antes de determinar su tala, conocer técnicamente la viabilidad del ejemplar con una gestión específica, siempre por el bien del patrimonio de la ciudad y de los ciudadanos.

Desde la Junta Directiva de la Asociación Española de Arboricultura (A.E.A.) lamentamos profundamente la decisión de talar un ejemplar patrimonial sin haber valorado equitativamente los estudios de patrimonio arquitectónico y los de patrimonio arbóreo.

Y nos planteamos algunas preguntas desde la Asociación Española de Arboricultura (A.E.A.) 

• ¿No era compatible la conservación del árbol, la estabilidad del edificio y la seguridad de las personas que frecuentan el lugar?
• Si el edificio presentase daños de algún tipo y se hubieran caído partes de la fachada, cornisas, etc. ¿se hubiera determinado su demolición para evitar daños personales?
• ¿Quizá un informe de un arbolista hubiera resultado suficiente para determinar la necesidad de demoler el edificio?
• ¿Qué capacidad técnica y qué atribuciones profesionales tiene un arquitecto para evaluar la estabilidad de un árbol y las actuaciones a realizar?
• ¿Era posible realizar algún tipo de actuación alternativa a la tala, podas de reducción o eliminación de algún eje, sustentación artificial, etc. para conservar el ejemplar?

Resulta necesario poner en valor y atender estas necesidades, constatada la importancia y los beneficios del árbol en la ciudad, con una opinión pública cada vez más consciente.

Junta Directiva de la Asociación Española de Arboricultura.

Las certificaciones de la Asociación Española de Arboricultura (A.E.A.)

Si bien, como está descrito en el sitio web de NaturClimb, nuestra formación pasa por una licenciatura de Ingeniería de Montes (E.T.S.I.A.M. Córdoba -España- 2003) y una formación profesional de arbolista trepador (C.F.P.F. Chateauneuf du Rhone -Francia- 2016), en este momento y aprovechando la vinculación a la Asociación Española de Arboricultura (A.E.A.), se va a hacer el esfuerzo de comenzar por una de las tres certificaciones ofrecidas, en concreto, la European Tree Worker (E.T.W.), si bien el objetivo mas ambicioso es sin duda, especializarse en la gestión de arboles ancianos y obtener la certificación VETcert.

No es una labor sencilla, pues en muchos casos, durante las formaciones presenciales o incluso los exámenes, NaturClimb se ha desplazado a Francia para trabajar y por ello, estamos obligados a hacer grandes desplazamientos. Entendemos que es el camino para que se nos reconozca como profesionales en arboricultura, algo que aun cuesta bastante entender hasta que se nos ve trabajar.

Seguramente, uno de los objetivos de obtener esta certificación por parte de Asociación Española de Arboricultura (A.E.A.) como miembro del European Arboricultural Council (E.A.C.) y la International Society of Arboriculture (I.S.A.), no sea unicamente el reconocimiento, pues en NaturClimb nos dedicamos casi exclusivamente a la arboricultura y al trepe de árboles desde 2016; participando activamente en los reencuentros arbolistas en España y Francia, sino y sin que resulte muy presuntuoso, ser el primer arbolista con la certificación E.T.W. en la capital de Málaga.